lunes, 14 de enero de 2013

¿Cómo prepararse para leer en voz alta?




Leer el texto completo en silencio.
Es importante comentar leyendo el texto (cuento, poesía, no ficción, etc.) en silencio. Despacio, con todo el pensamiento puesto en él y con una disposición abierta al disfrute. El objetivo de esta etapa es decir simplemente “me gustó” o “no me gustó”. Si un cuento o una poesía pasa esta barrera inicial y nos agrada, puede ser leído a otros. No es recomendable leer historias que uno no disfrute, el disgusto podría ser notorio y afectar su propósito.

Leer por segunda vez el texto, ahora en voz alta. 
Esta lectura se hace de manera personal, a solas. Hay que tener una disposición relajada y abierta detectar aquellas palabras que abren oportunidades de gozo.

Escuchar tu voz
La voz es como un instrumento afinado. Hay que aprender a conocer la propia voz, sin avergonzarse de experimentar con ella. Así se pueden ver expresiones distintas: alegría, pregunta, espanto, reverencia, etc. Hay que lograr sentirse libre con la propia voz y reconocerla como un instrumento propio.

Realizar ejercicios de imitación de sonidos y voces de animales (onomatopeyas)
Poder imitar el ruido de una gota de agua o el cacareo de una gallina solo es posible si uno escucha atentamente y hace un registro. El escuchar los ruidos y sonidos en diversas situaciones permite acercarse al mundo de los distintos personajes que van apareciendo en los textos.

Realizar ejercicios de vocalización
 Algunas palabras son muy fáciles de vocalizar, otras, en cambio, son más difíciles. Debemos ir descubriendo cuáles son un agrado para cada uno, y cuáles nos cuesta pronunciar, para repetirlas y vocalizarlas.

Ejercitar la imaginación
La imaginación es una gran herramienta que hay que ejercitar. Con los ojos cerrados, preguntarse sobre algunas situaciones: cómo es la sensación al escuchar el salto de los pájaros de una rama en otra; cuáles son los colores de los árboles en otoño; qué tonalidades tienen las cerezas. Pensar en palabras y/o personas, de manera que la mente se transforme en sustancia mágica para desarrollar la imaginación.

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